Un año (visible) de tripartito: parálisis, retroceso en la calidad de los servicios y mentiras

Aunque el tripartito venía funcionando, en la práctica y en silencio, desde junio de 2015, no fue hasta hace un año cuando se hizo pública la alianza entre los tres partidos perdedores

El tiempo demuestra que a Maldonado (antes PSOE, ahora C’s) sólo le importa el sillón de la Alcaldía y que es capaz de pactar y pagar con quien sea o lo que sea con tal de mantenerse en él

Mijas, 12 de septiembre de 2017. Se cumple un año desde que se hizo visible y público lo que en realidad llevaba funcionando desde las últimas elecciones municipales. El año de pacto visible entre Ciudadanos, PSOE y CSSPTT (de forma encubierta éste último) ha supuesto, en opinión del Partido Popular de Mijas, un nuevo paso atrás en la situación política, económica y social del municipio así como un sustancial retroceso en la calidad de los servicios que presta el Ayuntamiento a sus vecinos.

Si bien no se materializó públicamente hasta el pasado 12 de septiembre de 2016, hace ya un año, lo cierto es que el pacto tripartito venía funcionando, en la práctica y en silencio, desde que comenzó el presente mandato municipal, en junio de 2015. Sin embargo, tras hacerse público, se han hecho visibles los fuertes desencuentros y falta de cohesión de un equipo de gobierno cuyos roces y rivalidades están ocasionando serios perjuicios al servicio público que debe prestar el Ayuntamiento a sus vecinos.

 

No en vano, hasta el PP llegan, a diario, multitud de quejas sobre el funcionamiento del Consistorio. La limpieza, la tramitación de las ayudas y prestaciones sociales, la seguridad o la lentitud o falta de respuesta a las demandas vecinales en las actuaciones más corrientes son algunos de los asuntos más recurrentes sobre los que los vecinos del municipio se quejan.

 

Y es que, como ha podido constatar el PP en numerosas ocasiones, la patente falta de entendimiento entre los ediles de gobierno así como la enorme desconfianza entre los concejales de C’s y PSOE -que fueron rivales en las primarias a la Secretaría General de los socialistas mijeños en otoño de 2014- desembocan, a menudo, en boicots entre concejalías. Los principales perjudicados de esta situación son, en primera instancia, los trabajadores municipales, que no pueden desarrollar su trabajo en las mejores condiciones posibles, y, por supuesto en segundo lugar, los contribuyentes, que ven mermados, retrasados y paralizados los servicios que prestan o reclaman.

 

Más evidencias de la situación de parálisis e incertidumbre que denuncia el PP es que, pese a que justo antes de la expulsión del PP del gobierno se canceló la deuda histórica municipal, el Consistorio lleva dos años en alerta por el incumplimiento del periodo medio de pago a proveedores, según la Intervención General; dejaron de ejecutarse inversiones por valor de 26 millones de euros del presupuesto de 2016; siguen acumulándose gastos extrajudiciales; los grandes proyectos para el municipio, como la residencia de mayores, la senda litoral o la conexión entre el nuevo colegio Indira Gandhi y el camino de Coín continúan parados; y que se mantiene desatendida a la población más vulnerable con los retrasos o eliminación de algunos de los programas sociales municipales.

 

Igualmente, las mentiras sonoras y continuas del tripartito a la opinión pública han protagonizado buena parte del mandato C’s-PSOE-CSSPTT. Buenos ejemplos de ello son los ya célebres trece millones de euros de déficit que Maldonado decía que había dejado el PP y que después resultó ser superávit o la más reciente mentira de la ciudad del motor, donde dos informes jurídicos, uno de ellos municipal, desvelaron que el exsocialista mintió sobre las posibles indemnizaciones millonarias y patrimoniales que acarrearían la anulación de este proyecto.

 

El tiempo ha demostrado que el exsocialista Juan Carlos Maldonado (hoy en C’s) se aprovechó de la situación de ausencia de mayoría absoluta para anteponer sus intereses personales a los del municipio, no dudando en exigir el sillón de la Alcaldía a cambio de la posibilidad de conformar cualquier gobierno. A Maldonado no le importa con quien pactar o a quien pagar 42.000 euros de dinero público con tal de mantenerse en un cargo que no merece y que le viene muy grande; tampoco parece importarle mucho el cada vez más intenso clamor social que desaprueba su gestión así como la situación de abandono en la que se encuentra el municipio, con tal de ser él quien esté sentado en el sillón de la Alcaldía.

 

El tiempo ha demostrado también la capacidad de tragar sapos de los concejales de un PSOE desdibujado, humillado y sometido a un alcalde que también les traicionó en el pasado y al que no votaron. Una situación insólita y ante la que muchos votantes y simpatizantes de esta formación histórica y hegemónica antaño en el municipio se sienten confusos e indignados porque piensan que sus representantes parecen poner sus intereses monetarios personales por encima del buen nombre del PSOE de Mijas.

 

En todo este tiempo, y desde que Maldonado decidió expulsar a los once concejales del PP en abril de 2016, consumando su traición a los mismos ediles que en base a un pacto lo votaron como alcalde, los populares se han mantenido como la única oposición a un gobierno tripartito que no consideran ni legítimo ni capaz de sacar adelante los retos que Mijas tiene que afrontar durante el presente mandato municipal.

 

Lejos de las disputas entre los miembros del tripartito está el PP, que, muy al contrario está cada día más cerca de los vecinos de Mijas escuchando sus necesidades y anotando sus demandas. Éstos saben que sólo un gobierno del PP es capaz de atenderlas, pues es quien mejor conoce la idiosincrasia del municipio, su extensión así como las infraestructuras que precisa para que sea el referente en la Costa del Sol que empezó a ser en el año 2011 y cuyo progreso se vio truncado con la irrupción de Maldonado, en junio de 2015.

 

Por ello, el PP de Mijas sigue pensando que lo justo es que Maldonado, que fue elegido alcalde merced a un pacto con el PP y que rompió unilateralmente, proponga una cuestión de confianza al Pleno para que todos los componentes de la Corporación Municipal, y en especial los concejales del PSOE, se retraten y expresen democráticamente si le apoyan o no.