El Ayuntamiento anuncia que recogerá muestras de heces de perros, cuyos dueños sean sorprendidos dejándolas en la vía pública, para analizar su ADN

El objetivo es crear un banco de muestras para poder acabar con los infractores más habituales y, en consecuencia, con la mala imagen y falta de salubridad que produce este acto incívico

El coste de la prueba, que ronda los 30 euros, tendrá que ser abonado por el infractor, además de la propia sanción por no recoger las deyecciones de su mascota

Mijas, 26 de febrero de 2015.- El Ayuntamiento de Mijas está decidido a acabar con una de las prácticas incívicas más desagradables que sufren y denuncian muchos vecinos del municipio. Se trata de los excrementos de los perros que los dueños de estos abandonan en la vía pública y que, ahora, la Policía Local va a recoger, cuando sorprenda al propietario de uno de estos animales realizando esta mala práctica, para mandarlo al servicio zoosanitario municipal y extraer su ADN. El objetivo es poder identificarlo posteriormente, en caso de que los agentes vuelvan a encontrar otra deyección sin recoger en la calle.

«La idea es tener un banco de muestras para que, cuando la Policía se encuentre una deposición en la vía pública, las mande a analizar y determine, en el caso de que ya se le haya pillado antes, quién es el propietario de la mascota. Así, se podrá identificar al dueño y se le podrá interponer la correspondiente sanción», explicó el concejal de Agricultura y Ganadería en el Ayuntamiento de Mijas, José Antonio Sánchez Peña.

En este sentido, el edil quiso aclarar que «esta medida está destinada a los incívicos que reiteran en este acto insalubre y del que tanto se quejan los vecinos» y que, como prosiguió, «en ningún caso va dirigida a los perros, que no tienen la culpa de tener un amo irresponsable con la sociedad que le rodea».

Así, a partir de ahora, cada vez que un agente sorprenda a una persona que vaya con un perro y no recoja las deyecciones que haya generado, no solo se le abrirá un boletín de denuncia -se expone a una multa de hasta 750 euros por infringir la ordenanza de Seguridad y Convivencia Ciudadana-, sino que, además, se le pasará el coste de la prueba de identificación, que ronda los 30 euros.

Esta nueva medida municipal destinada a acabar con las cacas de los canes en las calles, viene dada por la preocupación que los vecinos de varias zonas del municipio vienen indicando, con insistencia, al equipo de gobierno. En este punto, el concejal de Policía Local, Juan Carlos González, señaló que estas quejas están fundamentadas, ya que el número de sanciones en los últimos años no ha decrecido.

«Pese al enorme esfuerzo que hace el Ayuntamiento con las campañas en los medios de comunicación municipales para concienciar de este problema y las charlas con educadores caninos, lo cierto es que, año a año, el número de infractores se mantiene porque suelen ser reincidentes. Por ello, creemos que era necesario tomar cartas en el asunto y buscar una forma efectiva que disuadirlos», dijo.

Las mencionadas campañas y medidas de concienciación ciudadana puestas en marcha por el Consistorio empezaron a surtir efecto a partir del año 2013, cuando de las 127 sanciones interpuestas en 2012 se pasó a las 83 de 2013 (doce apercibimientos y 71 multas pecuniarias). Sin embargo, ese número, incluso creció levemente en el año 2014, alcanzando los 31 apercibimientos y las 55 multas pecuniarias. En lo que llevamos de 2015, ya se han contado ocho resoluciones de multas pecuniarias.

«El Ayuntamiento no pretende multar más, pero sí acabar con los incívicos que no respetan a sus vecinos. Y es que tenemos que recordar que se han producido hasta caídas de personas mayores que han resbalado con uno de estos excrementos», afirmó González.